Gabriel J. Perea R. | 22 de noviembre de 2022
PODCAST: Financieras en Panamá, una historia de terror.
Resulta ser que un cliente de la financiera G —al final del relato diremos el nombre de esta financiera—obtuvo un préstamo el cual estaba pagando por descuento directo, si, así como lo leen, descuento directo, pero circunstancias de la vida y la economía le ocasionaron retrasos en otras obligaciones resultando en que si el tener mediación un juzgado otorgó descuento directo por retraso en otra de sus cuentas que también se pagaba por descuento directo.
La empresa para la cual labora el cliente de la financiera procede unilateralmente a afectar el pago de la cuenta de la financiera G para pagar la otra obligación. El pago de la financiera G por descuento directo no se suspendió, sino que se disminuyó.
Aquí comienza la historia de terror.
El cliente notifica esta situación fuera de su control a la financiera G y no tiene más solvencia para cubrir el faltante, pero realiza esfuerzos para pagar por ventanilla y no aumentar la deuda. Terminada casi la obligación por juzgado el pago de la cuenta de la financiera G volvería a su pago normal, pero la financiera G, a pesar de tener notificación del cliente y pagos por ventanillas mas los pagos por descuento, procede a interponer una demanda ante juzgado solicitando el pago de la deuda y también procede a secuestrar el único auto del cliente que utiliza para trabajar.
Ahora el cliente tiene:
- Un descuento directo por planilla con un total X
- Otro descuento por juzgado con un total Y superior al X
- Secuestro de su auto, dificultándole laboral y ocasionando gastos de transporte.
Si se suman los descuentos X y Y es el doble de la deuda original. El cliente interpuso apelación ante el juzgado ejecutor, pero este no se pronuncia. Señores esto ocurre en Panamá impunemente y no hay ley ni recurso que procesa ante esta situación. La Financiera es Govimar.
Gabriel J. Perea R. 