Reflexiones sobre la manifestación del 14 de septiembre en contra de las reformas al código electoral en Panamá
Ayer acudí voluntariamente a la manifestación en contra de las reformas al código electoral intentadas por la banca oficialista. Recalco, acudí voluntariamente, porque me dio la gana, no se quien la convocó, ni me interesaba. Fui porque amo a mi País Panamá y es tiempo de salir de las redes como se dice por ahí.

Al principio estaba temeroso no por lo que podría pasar, sino porque la convocatoria fuera un fracaso, sería una decepción que los panameños no reaccionemos ante semejantes pretensiones de algunos diputados, no solo de hacerse la camisa a la medida, sino de impedir que otros se pongan la camisa de nuevos diputados.
Tenemos que levantarnos, con ese entusiasmo decide con un camarógrafo improvisado acudir. Al llegar me sorprendió no ver a los cuatro gatos que esperaba encontrar, por el contrario, había gente, no una marejada como la marea roja, pero mucho mas de lo que esperaba. Para que no me echarán cuentos camine entre la multitud, quería ver quienes estaban ahí. Había de todo, no me vengan con cuento, había gente que parecían “rabiblancos”, había gente que parecían pobres, había gentes que parecían humildes, había gentes que parecían gentes, había gentes que parecían panameños. Y en ese momento comenzó a sonar el himno que hace que se inflame el corazón de patriotismo, Patria de Rubén Blades.
Con el alma en la garganta ya no me importo quienes estaban o no, yo no fui por ellos fui porque creo en mi país, porque creo que debe haber un mejor Panamá para todos y porque alguien tiene que levantar la voz.
Se cantó el himno y la multitud comenzó a dispersarse, caminamos hasta el metro, era hora de regresar y como el chofer no me espero porque no soy rabiblanco, tome el tren devuelta a casa. En el camino de vuelta entre las luces de los túneles reflexionaba cuanto hemos dejado de hacer y cuanto tenemos que hacer, parece una tarea imposible ante generaciones casi zombis que no reaccionan.
De vuelta a mi trinchera frente a las pantallas observaba cual había sido la reacción en otras partes del país, y si, se levantaron en muchas partes, a pesar de algunos que accionan por dinero o por oscuros intereses y que intentaron desvirtuar el llamado a la protestas, pero de todo lo que observe una imagen me hizo reflexionar, no se quien la tomó,

pero ha sido suficiente para saber que no estoy equivocado, que no estamos equivocados, TENEMOS, así en mayúscula cerrada luchar por una Panamá para las próximas generaciones, sin importar la raza, nacimiento, discapacidad, clase social, sexo, religión o ideas políticas. Artículo 19 de nuestra constitución.
