Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
Todos queremos saber la verdad, estar informados, entender nuestro entorno para desenvolver nuestra vida lo mejor que podamos, pero como no podemos estar en todas partes somos dependientes de la información que se genera a través de los medios. Esa información que surge a través de los llamados medios tradicionales, prensa, radio y televisión era en algún tiempo casi incuestionable, lo que se publicaba era la verdad, no había porque dudar. Era el tiempo en cuando se podía ver la romántica imagen de un caballero apostado en cualquier parte con un periódico abierto devorando información, era el tiempo del ciudadano ingenuo.
Y para los que no concatenan la información que se publicaba en aquellos no tan lejanos tiempos con la ingenuidad. Éramos ingenuos desde el punto de vista que solo creíamos lo que veíamos al alcance del largo de nuestro antebrazo, no hacía falta más nada.
Pero los tiempos cambiaron repentinamente y el dominio de los medios tradicionales esta en etapa de adaptarse o morir como les ha ocurrido a algunos. Irrumpieron en la escena huéspedes que se quedaron y se expanden sin poder detenerlos, llámense redes sociales. Las cuales son fuentes inagotables de información, a cada segundo se genera algo nuevo y los medios tradicionales no pueden seguirle paso.
El poder de las redes es tal que son fuentes de confrontación entre lo que publican los medios tradicionales y lo que divulgan las redes. Ahí termina la ingenuidad de la era anterior, ya no se puede creer a pies juntitos lo que publican los medios tradicionales. Es fácil para el ciudadano común con un dispositivo móvil obtener más información que la publicada por le medios tradicionales, quienes en ocasiones están supeditados a los intereses de sus dueños, accionistas o corrientes de poder quienes tuercen la verdad a conveniencia. En muchas ocasiones vemos como se tuercen, tergiversan o se omiten convenientemente la verdad. Intentando manipular la opinión publica.
Estamos al final de una era y el principio de otra, pero parece que algunos no se han dado cuenta aferrándose al pasado y a practicas que en el mundo de las redes sociales es casi imposible disfrazar la manipulación.
Sino lo creen observen cuantas personas hoy día pueden encontrar en la vía publica con un periódico como medio de informarse versus cuantos están conectados viendo el mundo en cualquier parte a través de un dispositivo móvil. La era de torcer la verdad para manipular a las masas terminó.
Por: Gabriel J. Perea R.
@elistmopty