Inseguridad Informática II


Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty


Hace apenas unas semanas, el 24 de marzo, publique en este mismo medio, el cual a propósito es mi alma mater en cuanto a los artículos de opinión, una contribución acerca de lo que representa la seguridad informática. ¿Cosas del destino?, ¿presagio? o pura coincidencia. Vaya usted a saber.

Bueno el asunto es que en aquel artículo señalaba que la seguridad informática en Panamá a mi parecer no se toma en serio y para ilustrar esa situación citaba un acontecimiento publicado en medios internacionales. Ocurrido específicamente en los Estados Unidos donde unos piratas informáticos secuestraron el sistema informático y exigían rescate para liberarlo.
Bueno tomemos como una máxima que la información es más valiosa que otros activos en circunstancias inesperadas y que la información de los clientes es lo que o te mantiene a flote como empresa o te derrumba aunque este en la cima. Hoy estamos petrificados ante lo ocurrido el domingo y que se divulgo a nivel mundial en 76  países y cientos de medios, el espectacular destape de los #panamapapers.
Fueron nada más y nada menos que 2.600 GB de datos, 11,5 millones de documentos los que se dice fueron sustraídos de los servidores de la firma Mossack & Fonseca, en la jerga informática jaqueados.
¿Cómo pudo ocurrir esto? Me atrevería a decir que, o no se tenían los controles adecuados de seguridad o estos controles eran demasiados vulnerables. El mundo de la seguridad informática es casi una ciencia estricta y a su vez un arte. 
Es una ciencia estricta porque hay que tomarla en serio, adoptar las practicas necesarias de acuerdo al nivel e importancia de la información que se protege, valerse de todas la herramientas tanto tecnológicas como de procedimientos, Estas prácticas involucran controles físicos, protocolos, programas, dispositivos, una combinación de muchos elementos, no es tan simple como tener un antivirus actualizado.
Es un arte porque el experto en informática tiene que utilizar una amalgama de conocimientos para idear la estrategia y estar siempre delante de sus adversarios, los jakers, un descuido poder ser irreparable.
No nos queda ninguna duda que el golpe fue devastador desde cualquier punto de vista, para la empresa, para los clientes, y no valoraremos en este escrito las otras implicaciones, porque en esas dimensiones se escribirán ríos de tinta durante mucho tiempo, eso apenas comienza.

Sustraer información sin el consentimiento del dueño de la información es un acto totalmente cuestionable, un delito dependiendo del hecho y de las legislaciones vigentes que rijan la materia. El que sustrae la información persigue un propósito, ¿Fama? ¿Dinero? ¿Ventaja competitiva? ¿Divulgar lo que se resguarda del conocimiento público? ¿Son los jakers héroes o villanos? ¿Pudo evitarse lo que ocurrió con los papeles de Panamá? ¿Tiene usted los controles necesarios? ¿Está segura su empresa? ¿Sus datos en el banco? ¿Su computadora personal? ¿Su red inalámbrica casera? Ojala no escuchemos de otro #panamaalgo, complete usted el hashtag. 

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