Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
La reelección presidencial es una figura que está contemplada por muchos países, los Estados Unidos es un ejemplo, y es precisamente un país que se toma como modelo de democracia. Sin embargo en nuestro país el hablar de reelección es abrir la caja de pandora. Justificado o no, es un tema tabú.
La pregunta que debemos hacernos es ¿Por qué se le tiene miedo a la reelección? Al final de cuentas es el elector quien tiene la última palabra.
Por más dinero que se invierta en una campaña presidencial no hay forma de que una mala o pésima ejecución gubernamental pueda ser borrada de la mente del ciudadano.
Por ejemplo para este periodo presidencial no habrá forma que alguien olvide o se intente que se olvide el episodio con la llamada ley chorizo. Es un episodio imborrable y de obligada referencia para los adversarios políticos.
Otro ejemplo han sido las contrataciones directas que tanto se cuestionaron y en este gobierno se han efectuado sin mayores justificaciones a la ciudadanía.
Debemos tomar en consideración que es más difícil para un gobernante convencer al elector de que confié en él cuando sus actuaciones están sobre la mesa, por tanto la figura de la reelección no es una estrategia fácil de llevar a cabo por un gobierno saliente.
Se tendría que contar con un excelente desempeño gubernamental donde los logros sean evidentes y que las grandes mayorías hayan sido favorecidas para que la figura de la reelección sea una alternativa con alguna posibilidad de éxito.
El temor a la reelección es injustificado cuando se toma en consideración que el optar por la reelección es una alternativa mucho más arriesgada por un gobierno saliente que presentar una nueva alternativa de continuidad a los electores y eso tomando en consideración que la actuación de gobierno goce de altos índices de aceptación de lo contrario el optar por la reelección sería una derrota anunciada.