Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
Reconocerse a sí mismo es un acto de reflexión que nos debe llevar a conocernos mejor y aceptarnos tal cual somos, esto p
uede conducirnos a evolucionar o producir una negación de la realidad. Observarnos en el espejo de otros permite vislumbrar lo que no queremos aceptar de nosotros mismos y anticipar nuestro destino. Como individuos o como país es un acto que debemos realizar, si queremos pensar a futuro.
Reconocerse a sí mismo es un acto de reflexión que nos debe llevar a conocernos mejor y aceptarnos tal cual somos, esto p

Panamá avanza sobre el quinto ensayo democrático. Un ensayo que más parece el producto de conjunciones accidentales, que no se repetirán y que no son el producto de la madurez política que alcanzan los pueblos cuando sus instituciones y partidos evolucionan, construyendo sólidas bases en principios programáticos.
El fenómeno electoral ocurrido avanza hacia el punto donde se comienza a disipar la polvareda levantada. Esto muy tempranamente, debido a las altas expectativas sembradas y a la poca probabilidad de ser alcanzadas en su totalidad y con la efectividad que el electorado espera y que nunca estará satisfecho.
El alto costo de la canasta básica, la delincuencia, el crimen, el desempleo y la percepción de impunidad parecen muros infranqueables que ni un gobierno de locos parece que podrá derrumbar, talvez solo podrá hacerles unos triste boquetes con algún Quijote que empuñe el mazo desconociendo que en tal hazaña no existe posibilidad de éxito permanente.
Si este ensayo democrático falla, las opciones serán dirigidas a los fuertes vientos que soplan desde el Sur, ya no habrá más cabida para falsas esperanzas en pregoneros pueblerinos de soluciones fantásticas, la ciudadanía apostará por el populismo y al primer héroe que los encabece. Las fuerzas que propugnan el gobierno de las masas ya se activan aquí y ahora sí con más firmeza que antes, observando una verdadera oportunidad para acceder al poder se les está entregando en bandeja. Estas fuerzas son ampliamente reconocidas y aglutinan a trabajadores, educadores, gremios, intelectuales y ciudadanos comunes que no creen en las actuales estructuras de gobierno, en partidos y en políticos tradicionales.
Mirar al Sur y también al centro del Continente nos permite observar cómo una ideología autoproclamada socialismo del siglo XXI se afianza y lucha con todos los medios a su disposición para seguir expandiéndose. Remontarnos a intentar buscar las raíces de este cambio es hurgar en las raíces de la insatisfacción social. El fenómeno que permitió el surgimiento de gobiernos populistas se fundamentó en la insatisfacción del pueblo con los gobiernos tradicionales que fracasaron. Panamá puede estar en el inicio precoz del cambio que barrerá a los gobiernos tradicionales y se enfrentará con las fuerzas económicas que los respaldaban.