Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
CREDIBILIDAD
CREDIBILIDAD
En tiempos de campañas políticas se ve de todo, se escucha de todo y se dicen «mentirillas», sólo con el propósito de desacreditar al contrario y lograr con este acto tan bajo captar adeptos. Sin embargo, siempre las mentirillas se descubren y aquellos que las lanzaron quedan como lo que son, mentirosillos.
Lo menos que podemos esperar es que si alguna campaña lanza acusaciones, éstas sean veraces; pero al hecho de tergiversar la información o lo que es peor, contar los hechos de acuerdo con su conveniencia, desacredita cualquier otra información de parte de esas campañas, en pocas palabras, pierden credibilidad.
Se utilizó el argumento hasta la saturación de que, por culpa del hermano de Balbina Herrera, Pablo Garrido se perdieron por dos años las preferencias arancelarias con la Unión Europea y que el Estado perdería por su culpa $27 millones. Todos vimos en horario estelar pasar una y otra vez el comercial donde se mencionaba el asunto y se presentaba como principal y único responsable al embajador en Bruselas.
Resulta que ahora un diario de la localidad publica con lujo de detalles cuál fue la verdadera historia y, como hechos relevantes, se menciona que el embajador Garrido, para ese entonces, estaba de vacaciones y era otra la persona a cargo de la misión diplomática; además, notificó mediante nota de esta situación el 28 de agosto, meses antes de la fecha del 31 de octubre cuando vencían las preferencias. El encargado procedió con la notificación de que se debía hacer una nueva solicitud del SGP. Lo expuesto está corroborado con los documentos que adjunta la publicación.
Y ahora nos preguntamos: ¿Lo mínimo que pueden hacer es disculparse y destinar igual cantidad de recursos en explicar esto o callarán aceptando la mentirilla? ¿Qué nos asegura que si hicieron esto, después cumplirán sus promesas? ¿Callarán al igual que con anterior nota periodística cuando se mencionó que el ministerio del Canal en la era de los locos estaba llenos de botellas? Tal vez no hace falta mayores explicaciones, total, ellos se declaran locos.
Gabriel J. Perea R. 