Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
En medios de unas buenas arepas, bien resueltas porque estaban cargaditas con ricos c
ondimentos y especies compradas con los bonos de canje de una comercializadora en un supermercado de la localidad. Bonos respaldados con fondos depositados en unos banquitos bien amistosos, dos paisas conversaban acerca del acontecer nacional. Les parecía gracioso el punto de vista de los panameños con respecto a lo que estaba pasando. La conversa podría ser tema para componer un berraco vallenato.
El paisa Jhovainer Santos Samper pensaba que era muy malito que les descubrieran la jugada al mechudo y todo porque aquí se rajaron en vez de defender la inversión. Decía, estos si que son raros en vez de tirarse a la calle como nosotros a defender los pesos. Bueno es que acá todo es diferente, el Uribe solo silbó y se echaron al mechudo por el aeropuerto.
El paisa Wilmer Echevarra Ochoa pensaba diferente. Vea pues, que yo no pienso así. Acá les cógio el miedo y no dijeron nada de la seguridad jurídica y esas babosadas porque puede que estaban embarrados. Todos cogieron su arepita y cuando se prendió el negocio se tragaron la lengua. Si es que lo de la inversión de los milloncitos es hierva quema, le grueso estaba por otro lado. No sea ingenuo doctor. Si esos del gobierno están más perdidos que ellos mismos no se encuentran.
Ah, pero espérese que esto apenas y comienza. Imagínese su merced se monte un presi y después salga que estaba embarrado con los negocios del mechudo. Usted se imagina, un presi sindicado por los fulos en cosas chuecas. Ni en Colombia, ni en Colombia. Pero acá es Panamá y en vez de arreglá eso, están pensando en joderse entre ellos.