40 años y más


Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty

01-15-2009 Publicado en La Estrella de Panamá

Opinión

La historia la escriben los vencedores o los que imaginan que fueron vencedores, lo que muchos vencedores tal vez olvidan es que, mientras los que participaron en la historia estén vivos, será muy difícil que algunos hechos sean utilizados a conveniencia sin que se pague el precio por tal osadía.

En estos días se ha popularizado a través de una maquinilla fabricante de «pregones» — de la cual el operario abandonó el tenebroso trabajo asqueado de conciencia — algunas frases que son muy pegajosas, pero con el pasar del tiempo se demuestra que debieron pensarlas bien antes de utilizarlas, porque tal pegajosas como son, están regresándoles con mucha saliva.

La maquinilla inventó que en los últimos cuarenta años los políticos tradicionales, tanto de gobierno como opositores, no han hecho nada y que gracias al poco desempeño de los últimos presidentes el país está casi en la ruina.

Eso tiene algo de razón y diría, sin equivocación, que es cierto, lo lamentable de esto es que esos 40 años de miseria solamente los ha padecido el pueblo, porque en esos mismos años los empresarios se han hechos mucho más ricos, comenzando por los que comercializan los alimentos.

Y es precisamente unos de estos ricos comerciantes, que en esos cuarenta años multiplicó su fortuna, quien hoy nos los recuerda.

Otra entrega de la maquinilla es que los políticos tradicionales entraban limpios y salían con los bolsillos llenos. Bueno eso también es muy cierto, cómo negarlo. Y cómo negar que esos mismos políticos son los que reptan de un partido a otro, disfrazando alianzas en beneficios de sus intereses personales y precisamente hoy representan el grueso de una supuesta alianza, donde ninguno ha estado exento de participación en los últimos 40 años.
Solo observemos a sus compañeros de fórmula.

En estos últimos 40 años se desarrolló una de las gestas patrióticas que logró devolvernos la identidad como nación y representa el estandarte del pregonando porvenir económico que beneficiaría a todos los panameños, pero lo que no podemos dejar de señalar es que durante esos 40 años ninguno de los que hoy se quieren presentar como pueblo apoyó esta gesta, porque esta no está vinculada con sus intereses personales ni sociales.
La maquinilla no nos ha podido dar un buen pregón de cómo detendremos la desalmada especulación de aquellos que lucran con el hambre del pueblo, no nos ha podido decir cómo se regularán los artículos de primera necesidad.

Tampoco nos ha podido decir cómo se obligará a los empresarios a que bajen los precios y no se sigan tragando los jugosos márgenes de ganancia producto de la baja del petróleo.
Y por último, el que más ha pegado y que les cae como anillo al dedo, es que representan un cambio. Sí, un verdadero cambio de pellejo con los mismos huesos viejos.

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