Las tres arcas y media II


Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty


Las arcas se encontraban en plena travesía. El arca y media comenzó a hundirse como era de esperarse a penas partió, no tuvo ninguna oportunidad, solo soltó amarras y se desbarataron sus remiendos a pesar de los desesperados intentos de sus tripulantes y de su sonriente capitán que gritaba entusiasta que todo andaba bien. Sus pasajeros fieles a sus principios decidieron hundirse junto con su barca. 


En el arca tricolor al principio tuvieron serios problemas puesto que estaban apretados, casi amontonados, factor que el futuro les seria útil al tener que remar con todas sus fuerzas para alcanzar tierra firme. 

El arca de los 99 partió rezagada, vacía y pronto cobró velocidad en medio de la tempestad, sus astutos remeros traídos de tierras lejanas, bien alimentados por las viandas del arca, comenzaron a sacar ventaja al arca tricolor, superándola y tomando la delantera en busca de las tierras prometidas. 

Llego el momento que el arca tricolor y el arca de los 99 estuvieron palmo a palmo pero el arca de los 99 tomó la delantera al arrojar desperdicio que obstaculizo el paso y comenzó a sacarle algunas leguas de ventajas al arca tricolor. Los pasajeros y algunos tripulantes de las arcas al ver tal hazaña decidieron en medio de la tempestad lanzarse a las aguas y nadar hasta el arca de los 99. Fue así que fueron recogidos una amalgama de especies desertoras e inconformes. Había batracios, reptiles, alacranes, hipopótamos y hasta un elefante que era buen nadador. Todos lograron subir a bordo del arca de los 99 al comprobar que tenían algo que ofrecer.

La capitana del arca tricolor no se dejó amedrentar por el suceso, reagrupo a sus tripulantes y fijo destino, para alentarlos les recordó que los enemigos declarados se atacan por naturaleza y que no pasaría el tiempo en que observaran un triste espectáculo. 

El arca de los 99 siguió sin obstáculo en el horizonte, ya se vislumbraba tierra firme, pero como era de esperarse entre especies disímiles, enemigos por naturaleza y con el espíritu traicionero de algunos, el motín estalló, algunos clanes hasta entonces ocultos intentaron tomarse el arca, otros estaban robando las provisiones y saltando al agua. El capitán del arca que no era capitán pero si el dueño absoluto, intentó imponer su ley, pasando por la tabla a los amotinados a lo cual los felinos pintados de blanco sacaron sus garras y comenzaron a destrozar a los tripulantes. Era una lucha por la sobrevivencia mientras el arca estaba a la deriva. 

A pocas leguas los que iban en el arca tricolor intentaban descifrar que estaba pasando en el arca de los 99, al llegar cerca se percataron de la pestilencia que se desprendía del arca, horrorizados pudieron observar que quedaban muy pocos y los pocos que quedaban mal heridos aun continuaban peleando en lucha sin sentido ya que no quedaba nada, solo los escombros de lo que fue la opulenta arca llegaría a tierra firme. 

El arca tricolor llegó tierra después de muchos esfuerzo y por el enorme peso de sus pasajeros. De ella surgieron familias enteras de todas las especies, una multitud nunca antes vista a las cuales se sumaron sigilosamente sobrevivientes del arca del 99 que negaron su procedencia argumentando que en esa arca solo cabían 99 y que ninguno sobrevivió. Para las generaciones el arca de los 99 pasaría a llamarse el arca de los desesperados.

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