La verdadera opinión pública


Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty

La revolución digital esta transformando el mundo y no solo eso, esta cambiando radicalmente la forma como se difunde las noticias. Ante este hecho solo queda un camino para los medios tradicionales impresos, evolucionar o morir.

Actualmente casi todos los medios de comunicación impresos están trabajando intensamente en sus versiones digitales. La red les permite llegar no solo a un público mayor, sino a todos los confines del mundo civilizado. Pero el estar disponible no lo es todo, hay un elemento que incide en el éxito o el fracaso de muchas versiones digitales. La interacción con los lectores, el ofrecer la posibilidad de añadir comentarios en las notas de opinión, titulares, artículos o en sucesos relevantes, es un factor de éxito.

Actualmente solo algunos medios ofrecen esta posibilidad, o talvez son los que se han atrevido a cruzar la línea, para conocer de forma inmediata la opinión de los lectores. Línea que puede ser peligrosa, sobre todo si el medio es parcial o carece de veracidad.

El ofrecer insertar comentarios en línea y de alguna forma «anónima» es extender un puente de comunicación con la realidad de los que leen lo publicado, esto puede ser bueno si la mayoría de las personas que aportan opiniones fuera medianamente educadas. Si el respeto y las reglas de cortesía al comentar son los imperantes. Los comentarios son valiosos y aportan al enriquecimiento de las discusiones.

Pero en algunos casos esto no es así. Los comentaristas, o algunos de ellos, se aprovechan de estas facilidad para desquitarse, desahogarse, insultar y hasta faltarle el respeto a los demás, incluyendo aseveraciones contra cualquiera que hieren la honra y afectan reputaciones, acción que realizan ocultándose detrás de seudónimos.

Las interacciones de los comentaristas pueden salirse de contexto, ignorando hasta la información que los genera. En estas acaloradas discusiones online, se puede inclusive llegar a pedir respeto insultando a los demás, creyendo o intentando hacer creer que se tiene la única y absoluta opinión veraz, cuando se puede estar defendiendo lo indefendible. Cuando esto ocurre se pierde el horizonte de lo que representa la libertad de expresión.

En algunos medios se intenta utilizar filtros para moderar los comentarios, cosa que no es suficiente con comentarista que dominen la palabra escrita, lo que requiere la intervención del moderador para suprimir, la difamación, el insulto y la exaltación de temas delicados.

En la era digital no existe vuelta atrás, el dilema esta en permitir o no comentarios en línea, moderarlos o no. Conocer o no lo que realmente piensa la gente, la verdadera opinión publica.

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