Pasar la página


Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty


Publicado en el Panamá América

«Muchos años después, torturadores y torturados se estrecharon las manos en un reencuentro doloroso, la página debía pasarse? eran combatientes de la guerra de Vietnam».


Nacieron en cuarteles y participaron decididamente en el «Proceso revolucionario», siendo cómplices por comisión u omisión en la época de la oscuridad democrática hasta que los hechos precipitaron el desenlace que marcó nuestra historia y que será difícil de olvidar.

Por sus delitos fueron perseguidos, acusados y encarcelados. Recibieron la repudia ciudadana por las violaciones que cometieron contra los derechos humanos, colectivos e individuales. Pareciera ser una historia donde sus perversos personajes terminarían entre las páginas del olvido sin nunca volver a levantarse. Pero, la historia es otra. Se erigieron entre las cenizas que dejó un ejército extranjero. Se reagruparon y comenzaron un proceso de evolución política que les ha permitido retornar dos veces al poder, y ahora ofrecen lecciones de democracia escogiendo en elecciones internas a su candidato presidencial. Candidato que tiene reales probabilidades de romper la alternabilidad política.

Algo ocurrió para que eso fuese posible. Pasaron la página. Como cualquier acontecimiento, por más doloroso que sea, el tiempo termina volteando la hoja y, en ocasiones, es la sociedad que lo realiza inconscientemente o por decidía. La memoria colectiva es perecedera y por más que se intente mantener vigentes los hechos, termina desvaneciéndose, junto a sus portadores. Hoy el PRD es el partido político más grande del país, está integrado por gente humilde, empresarios, intelectuales y por una amplia base social que los apoya en todos los niveles. Es una corriente política que goza de la simpatía de un número considerable de panameños. No reconocer esto, equivale a desconocer los fundamentos de la democracia, quebrantando el derecho a elegir e ignorando que nadie es dueño de la verdad absoluta.

Nuestro sistema político permitió que eso ocurriera, porque en él nadie puede ser proscrito de por vida, ni como individuo ni como movimiento político. Insistir en señalamientos acusatorios es irracional si no existen pruebas para que algún PRD pueda ser llevado ante la justicia. Alimentar el odio por sus pasadas actuaciones no tiene asidero legal, tal vez una sanción moral que no les impide ser parte de nuestra sociedad. Debemos ser capaces de superar el pasado por más doloroso y difícil que sea, o seguir mirando hacia atrás.

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