Esta semana han ocurrido dos hechos que son dignos de ser comentados y que desaten el torbellino que solo la opinión publica puede crear.
Deshonestidad
Para nuestra fortuna, se descubrió el hecho y están desenmascarados. Como pueden llamarse diputados y representar a la sociedad que los eligió, por decencia, por un poco de ética lo mínimo deberían renunciar y pedir perdón público. Una sanción moral les quedaría corta, que ejemplo son para nuestra juventud y nuestra niñez. Y que no vengan con golpes de pecho y a inventar que son persecuciones, esto es imperdonable y debemos anotarlo como el elemento decisivo para no reelegirlos si es que intentan nuevamente presentarse.
¿Si un ciudadano se le ocurriese realizar semejante falsedad y fuera descubierto que ocurriría? Dígame usted, seria despedido de su empleo, seria el escarnio publico y si su profesión fuera la medicina podría acarrear problemas legales, pero como son diputados no pasara nada, bueno eso creen, prepárense que en el 2009 no se vistan que no van.
El otro hecho que comentare brevemente, es el ataque por saturación propagandística del aspirante alcalde ahora con deseos de ser presidente. Definitivamente que tendré que postularme a alcalde porque debe dejar buen dinero. Propaganda televisiva, por radio, anuncios, carteles, afiches, calcomanías, banderilleros en todas las esquinas es increíble, cuanto debe costar todo eso. ¿De donde sale tanta plata? O me dirán que Juan Carlitos si es hijo de papi y mami y por eso tiene harta plata pa´ bota.
¿Quién paga toda esa propaganda? ¿Algún inversionista sin rostro que luego vendrá a reclamar sus contratos en el elegido gobierno para redimir su inversión? Nosotros los electores debemos establecer una regla básica:
—Todo aquel candidato que no nos revele de donde salen sus fondos de campaña. raya NO VA—
Nota: El autor si tiene titulo universitario y no tiene que inventárselo