Publicado en el Panamá América
Avance político
Por el oficialismo, la ministra de Vivienda, Balbina Herrera, que aunque dice no tener interés por la silla, está marcando más que aquellos que se están devanando los sesos e incinerando el dinero de nadie sabe quién para seducir a los electores. Puede ser que ya nadie cree en los cuentos cuando prometieron más empleo, cero corrupción y la cura para todos los males, y ninguna se cumplió e igual seguimos limpios sin un «cuara». Lo que se quiere son hechos, trabajo y, aunque sea una sola vez, verlos agachar el lomo por el pueblo. Habilidades demostradas por la ministra que le mete mano a cualquier moto para enfrentar los problemas cara a cara.
Por el otro lado, Ricardo Martinelli, quien demuestra que la terquedad puede dar frutos, el único pecado es no querer someterse al escrutinio de los que pueden formar alianza en la oposición y surgir como el candidato de la oposición por medios democráticos. ¿Democracia y consenso es sólo lo que nos conviene? Practiquen lo que predican. Si las encuestas lo favorecen abrumadoramente, no hay que temer. Otro candidato sería la crónica de una campaña fallida. A ambos una característica en común los sitúa como líderes en las encuestas.
El roce de pueblo no se inventa, se suda, se camina, se busca, se escucha y se entiende en los ojos de la gente pobre.