Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
Publicado en el Panamá América
EN la mitología griega, Epimeteo era el responsable de dar las virtudes a todos y cada uno de los animales. Sin embargo, cuando llegó el turno del hombre, no quedó nada para otorgarle. Prometeo, hermano de Epimeteo, pensando que el hombre era un animal superior, decidió entregarle un don que ningún otro animal poseyera. Decidió robar el fuego al dios Zeus y dárselo al hombre. Zeus enfureció y creó a Pandora, ella recibió virtudes por diferentes dioses. Hefesto la moldeó de arcilla y le dio forma; Afrodita le dio belleza y Apolo le dio talento musical y el don de sanar. Hermes le dio a Pandora una caja de Zeus que nunca debía abrir, lo que alimentó su curiosidad. Pandora fue obsequiada a Epimeteo, quien se enamoró y la tomo por esposa.
Hasta entonces, la humanidad vivió una vida totalmente armoniosa. Epimeteo pidió a Pandora que nunca abriese la caja de Zeus, pero un día, la curiosidad de Pandora pudo finalmente con ella y abrió la caja, liberando a todas las desgracias. Pandora cerró la caja justo antes de que la Esperanza saliera, junto con todo lo que quedaba dentro, y el mundo vivió una época de desolación.
En la mitología panameña, en ninguno de los alternados reinados de los inmortales había ocurrido una transgresión de las leyes inquebrantables hasta que la tentación venció a un humilde sirviente que abrió la refrigeradora, encontrando congelados los secretos de los dioses, semidioses y animales superiores.
La indagación en el Ministerio Público de la ex directora administrativa de la Presidencia de la República en el gobierno panameñista por enriquecimiento injustificado representa lo que en la mitología griega fue la Caja de Pandora. La diferenciación estriba en que no se escaparon las desgracias para la humanidad, se escapo la inocencia de la sociedad civil. Hasta aquel suceso se creía deliberadamente que los rumores de enriquecimiento ilícito solo eran cuentos para desprestigiar a las figuras políticas. Nadie se había atrevido a investigar la veracidad de alguna acusación. Estamos ante el inicio de un nuevo capítulo en nuestra mitología fantástica que nadie sabe como o donde terminará.
Examinado desde cualquier perspectiva las consecuencias serán significativas. Si las investigaciones resultan incriminatorias y demuestran hechos punibles seria un caso insólito que alguien fuese condenado por enriquecimiento ilícito, esto abriría las puertas para que mas denuncias sean investigadas y posiblemente otros caigan bajo la venganza de Zeus. Esta acción altera el pacto de silencio existente entre sucesivos gobiernos donde nunca se investigaba hechos cuestionables y podría desatar una guerra de persecuciones cada vez que el vicioso ciclo de alternabilidad del poder se renueve.
Por otra parte, de no encontrar pruebas en éste y otros casos el Ministerio Público contribuiría aun mas a la percepción que en nuestras cárceles solo están los hijos de los animales inferiores. De llegar estos casos a los tribunales y no ser condenados por tecnicismo, faltas de pruebas o cualquier otro argumento legal representaría la gota de la impunidad que desbordará el vaso de la insatisfacción social.
En la mitología griega Pandora volvió a abrir la caja para liberar también a la Esperanza. En la mitología panameña solo una mujer puede abrir nuevamente la caja para liberar la justicia, solo una poseedora de valores éticos y morales incorruptibles puede devolverle la confianza a la sociedad civil, al pueblo, al ciudadano común en que la justicia investiga, juzga y condena no solo a los mortales.
La procuradora de la Nación Ana Matilde Gómez debe estar consciente que la ciudadanía tiene sus esperanzas puestas en su labor. Las legiones de seres mortales deseosos de terminar con la época de desolación, puede transformar esa sed en un aguerrido respaldo de quien se atreva a liberar la esperanza de la caja.