Por: Gabriel J. Perea R. @elistmopty
Publicado en el Panamá América
El solido respeto que los actuales magistrados del Tribunal Electoral tienen, nos inclina a pensar que este llamado de atención está enmarcado dentro de una clara interpretación de la ley electoral; sin embargo, pareciese que se están aplicando criterios que no se ajustan a la necesidad de divulgación que esta obra trascendental requiere. Se está colocando una camisa de fuerza a un grupo que necesita estar a todas luces suelto y sin ataduras.
En una contienda electoral hay fuerzas organizadas en partidos políticos que se disputan ganar la simpatía del elector para conquistar el poder a través del voto. En el caso de la divulgación del proyecto de ampliación y el consecuente referéndum, es un solo proyecto presentado por un grupo y no existe otro grupo o proyectos que estén compitiendo por la aceptación del ciudadano.
La situación planteada por este llamado de atención es irreal. Se tendrá que promover un proyecto de esta envergadura con el ingrediente adicional de tener el sumo cuidado de no incurrir en ningún acto que pueda ser interpretado como influencia hacia un voto positivo. Al promover cualquier proyecto se debe presentar claramente todos los factores, ya sean positivos y/o negativos.
Si los factores a favor son mayoritarios es lógico y entendible que se enfaticen dichos aspectos. Cómo puede ser que la ciudadanía se entere de cada detalle si se limita la forma en que éste se pueden presentar. No está en discrepancia la aclaración a propaganda clara y velada a favor del Sí; lo que está en juego es el peligroso endoso para que cualquiera salga a cuestionar la futura presentación del proyecto por quienes han trabajado sin descanso hasta conformar la mejor alternativa posible para el país.
Cuando se presenten el proyecto con la libertad de divulgación necesaria, cada quien tendrá la oportunidad de establecer y defender su opinión y finalmente ejercerla en consulta popular. Esto sólo será posible si cada pieza de información llega a la opinión pública sin el temor a ser cuestionado por incurrir en apoyo no premeditado favor del voto afirmativo.
Esta aclaración expone una inconsistencia si los que mayormente conocen cada detalle del proyecto no pueden realizar proselitismo a su favor y no es una contienda tradicional donde afortunadamente no están inmiscuidos los partidos políticos. Le tocará a la sociedad civil conformar grupos de apoyo, ya sea a favor o en contra del proyecto. Ya algunos de los grupos que cuestionan el proyecto son claramente visibles; en el caso de los que apoyan éste, no es el caso. Pero al igual que los que adversan el proyecto, surgirán lógicamente grupos a favor. Uno de estos grupos predecible es el conformado por los trabajadores canaleros. Hasta ahora, el el trabajador del Canal se ha destacado por su profesionalismo y seriedad. Debe ser motivo de orgullo entre sus colaboradores que la empresa para la cual laboran nuevamente asuma otro reto más en beneficio del país. Nadie vende un producto sin convencerte de los beneficios que puedas obtener de él.
Rompamos la regla, usualmente los pintores dejan sus obras a la interpretación del espectador en este caso necesitamos que los artistas nos explique cada matiz del cuadro. Sin este paso necesario la obra estará incompleta y daremos cabida a las especulaciones.
Publicado en el Panamá América
Al igual que muchos panameños, estoy atento a los acontecimientos relativos a la futura expansión del Canal de Panamá. Un hecho reciente llama mi atención, a pesar de que todavía no se ha presentado el proyecto y mucho menos se ha establecido fecha para la celebración del referéndum. Es el llamado de atención que los distinguidos magistrados del Tribunal Electoral hacen a los directivos de la Autoridad del Canal de Panamá que cito a continuación: «Los directivos de la Autoridad del Canal (ACP) han sido informados de que sólo pueden promover el proyecto de ampliación del Canal. Hacer propaganda a favor del Sí con recursos de esa entidad está prohibido por el Código Electoral».
El solido respeto que los actuales magistrados del Tribunal Electoral tienen, nos inclina a pensar que este llamado de atención está enmarcado dentro de una clara interpretación de la ley electoral; sin embargo, pareciese que se están aplicando criterios que no se ajustan a la necesidad de divulgación que esta obra trascendental requiere. Se está colocando una camisa de fuerza a un grupo que necesita estar a todas luces suelto y sin ataduras.
En una contienda electoral hay fuerzas organizadas en partidos políticos que se disputan ganar la simpatía del elector para conquistar el poder a través del voto. En el caso de la divulgación del proyecto de ampliación y el consecuente referéndum, es un solo proyecto presentado por un grupo y no existe otro grupo o proyectos que estén compitiendo por la aceptación del ciudadano.
La situación planteada por este llamado de atención es irreal. Se tendrá que promover un proyecto de esta envergadura con el ingrediente adicional de tener el sumo cuidado de no incurrir en ningún acto que pueda ser interpretado como influencia hacia un voto positivo. Al promover cualquier proyecto se debe presentar claramente todos los factores, ya sean positivos y/o negativos.
Si los factores a favor son mayoritarios es lógico y entendible que se enfaticen dichos aspectos. Cómo puede ser que la ciudadanía se entere de cada detalle si se limita la forma en que éste se pueden presentar. No está en discrepancia la aclaración a propaganda clara y velada a favor del Sí; lo que está en juego es el peligroso endoso para que cualquiera salga a cuestionar la futura presentación del proyecto por quienes han trabajado sin descanso hasta conformar la mejor alternativa posible para el país.
Cuando se presenten el proyecto con la libertad de divulgación necesaria, cada quien tendrá la oportunidad de establecer y defender su opinión y finalmente ejercerla en consulta popular. Esto sólo será posible si cada pieza de información llega a la opinión pública sin el temor a ser cuestionado por incurrir en apoyo no premeditado favor del voto afirmativo.
Esta aclaración expone una inconsistencia si los que mayormente conocen cada detalle del proyecto no pueden realizar proselitismo a su favor y no es una contienda tradicional donde afortunadamente no están inmiscuidos los partidos políticos. Le tocará a la sociedad civil conformar grupos de apoyo, ya sea a favor o en contra del proyecto. Ya algunos de los grupos que cuestionan el proyecto son claramente visibles; en el caso de los que apoyan éste, no es el caso. Pero al igual que los que adversan el proyecto, surgirán lógicamente grupos a favor. Uno de estos grupos predecible es el conformado por los trabajadores canaleros. Hasta ahora, el el trabajador del Canal se ha destacado por su profesionalismo y seriedad. Debe ser motivo de orgullo entre sus colaboradores que la empresa para la cual laboran nuevamente asuma otro reto más en beneficio del país. Nadie vende un producto sin convencerte de los beneficios que puedas obtener de él.
Rompamos la regla, usualmente los pintores dejan sus obras a la interpretación del espectador en este caso necesitamos que los artistas nos explique cada matiz del cuadro. Sin este paso necesario la obra estará incompleta y daremos cabida a las especulaciones.