Gabriel J. Perea R. | 5 de abril de 2025
PODCAST: Imágenes que Piensan: Una Reflexión sobre la Inteligencia Artificial y el Arte desde Mi Propia Cara
En un rincón de la tecnología donde antes solo habitaban líneas de código, hoy florecen pinceladas digitales capaces de crear imágenes tan impactantes como las que un artista humano podría haber soñado. Lo sé porque lo viví en carne propia —o mejor dicho, en píxeles— cuando decidí jugar con mi retrato y explorar hasta dónde puede llegar la inteligencia artificial en la creación artística.
Inspirado por la curiosidad que siempre me ha acompañado, y aprovechando las capacidades de los modelos de generación de imágenes por IA, decidí transformar una simple fotografía mía en distintas expresiones visuales: desde un cuadro surrealista al estilo Dalí, pasando por un retrato retro vintage de los años 70, hasta una ilustración vibrante y audaz en estilo cómic clásico.
1. El Yo Surrealista: Cuando Dalí se codea con los algoritmos

La primera imagen fue una especie de viaje onírico. La IA creó un retrato mío que bien podría colgar en una galería surrealista: desiertos interminables, relojes derretidos y cielos que parecen fundirse en pensamientos líquidos. Lo que me impactó no fue solo la fidelidad de los trazos, sino la capacidad de la IA para interpretar un estilo tan abstracto y filosófico. ¿Estamos ante una máquina que «entiende» el arte? ¿O simplemente imita bien?
2. Estilo Vintage: Una postal de otra época

La segunda transformación me llevó a los años dorados del pasado. Con una paleta cálida, texturas granuladas y una composición digna de una vieja fotografía enmarcada, mi rostro se volvió una cápsula del tiempo. Más allá de la estética, lo que resalta aquí es la sensibilidad con la que la IA logra evocar nostalgia, algo que hasta hace poco parecía exclusivo del alma humana.
3. Cómic Clásico: Del papel a la pantalla

Por último, me vi convertido en un personaje de historieta, con fondos explosivos y contornos marcados. El estilo cómic no solo fue fiel a la época dorada de Marvel y DC, sino que supo capturar una actitud, un gesto, un aura. Era yo… pero también era un héroe de tinta y color. Ahí entendí que la IA no solo copia estilos, los encarna.
Una herramienta, no un reemplazo
Este pequeño experimento personal me dejó una gran reflexión: la inteligencia artificial no está aquí para reemplazar al artista, sino para abrirle nuevas puertas. Como profesional de la comunicación y curioso de la tecnología, veo en estas herramientas una posibilidad para contar historias desde nuevos ángulos. El arte, al fin y al cabo, siempre ha sido una extensión de la imaginación humana —y la IA, cuando se usa con intención, no es más que una prolongación de esa misma creatividad.
Hoy más que nunca, el límite está en lo que decidamos imaginar. Y como pudiste ver en estas imágenes, hasta mi cara puede ser un lienzo para ese futuro.
¿Y tú? ¿Qué imagen tuya te gustaría ver reinterpretada por una inteligencia artificial?
Nos seguimos leyendo.
Gabriel J. Perea R.
www.gabrieljperear.com


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